domingo, 12 de agosto de 2018

* Carta conmovedora

Es triste e injusto nacer, "sin tener buena disposición para el futuro", en este cada vez,"osado e insolente mundo".

Pero aún es más exasperante, venir a el con una grave dolencia y que la única cura posible, dependa del..., "infortunio ajeno".

Este es el caso del hijo de Mindy y Rob Seay...; "Lincol", nació con una grave dolencia en el corazón llamada, "HETEROTAXIA":, (Malformación cardíaca en el 0,8% de los recién nacidos vivos), arrastrándola desde el mes de noviembre del 2015 y esperando la única opción posible: "Un donante".


La desesperación de los padres, latía cada instante, debido a que en cualquier momento, "un paro cardíaco", anularía la convicción esperanzadora de los progenitores.

La esperanzadora llamada del médico, el 18 de febrero del 2016 a la madre, corroboró la donación del órgano para Lincol, cuyo júbilo, "no sin compartirlo con su esposo", dotaron a Mindy, de un necesario agradecimiento hacia la familia del desafortunado, positivando la continuidad de su hijo entre nosotros.

Sin saber cuando llegaría el corazón o cuando se efectuaría el trasplante, la madre escribió una carta a la madre del donante, incluyéndola en su blog, referente para cualquier persona que pueda estar o esté en su misma situación, (incluyo texto literal).

"No hay mayor deseo que ver a mi hijo vivir, pero odio que otro niño tenga que pasar por aquello".

"Quiero que sepa que siempre tendré el mismo respeto por el regalo que se nos dará.
Atesoraré este corazón más que cualquier otro regalo. Cuidaré este regalo lo mejor que pueda y siempre daré mi admiración y respeto al niño y a la familia de la que viene, puede que nunca conozca su nombre, pero le conoceré en lo profundo de mi alma.
Su hijo y el mío estarán siempre entrelazados, pues el corazón que creció en su vientre, ahora bombea la sangre a través del cuerpo de mi hijo. Se han fusionado en un camino y su pequeño vivirá para siempre en el mío. Cuando mi hijo sangre pensaré en usted. Cuando vende su rodilla raspada pensaré en usted. Cuando oiga los latidos del corazón, la recordaré. Cuando cierre los ojos mientras duerma, recordaré a su hermoso hijo. Diré oraciones de gratitud y bendiciones para su familia, con frecuencia. Atesoraré el regalo que nos han dado. Lo prometo".




Lincol fue operado el día siguiente y ha sido traslado a una zona más tranquila, le han rebajado la cantidad de oxígeno artificial y todo lo demás vuelve a la normalidad.

No hay duda alguna que la madre y familiares del donante, seguirán sufriendo de "por vida", pero algo dentro de ellos dirá, que con la desmedida tragedia vivida:

¡¡ PARA ALGUNOS, LA VIDA CONTINÚA !!






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